La casa de Ana es un antigua casa de labranza familiar ubicada en Cabañas de la Sagra, un pequeño pueblo de Toledo. Fue construida por sus abuelos hace más de cien años para la crianza de caballos y yeguas. En aquella época, esta casa era el lugar de la vida familiar donde vivían los abuelos de Ana. En el patio delantero se entrenaba a los caballos, en la cocinilla se guardaban las monturas y en la buhardilla se guardaba el grano (la troje). 

​

Pasaron los años y la casa fue cayendo en el olvido hasta que Ana decidió darle un nuevo propósito e iniciar una costosa reforma integral, aprovechando todo el potencial de las estancias para, inspirada por su amor por la cocina y la hospitalidad, convertirla en una casa de comidas en la que el plato principal (y el que levantó su fama en los alrededores) fue su cocido. El cocido de Ana.

​

Fueron duros los años de trabajo en la casa de comidas, hasta que su hijo César, graduado en dirección hotelera por la Hotel School The Hague decidió volver a reformarlo y cambiar el concepto para abrir el restaurante "Casa Elena", en honor a su abuela Elena (madre de Ana). Un acogedor refugio para los viajeros gastronómicos en busca de experiencias auténticas. Transformó el salón principal en un luminoso espacio con grandes ventanales y acomodó en la planta de arriba un amplio y diáfano espacio para eventos. La filosofía de este nuevo restaurante se regía por los conceptos de slow food y km0 con ingredientes locales. Casa Elena rápidamente se convirtió en un destino popular para los amantes de la gastronomía y aquellos que buscaban la tranquilidad del campo. Casa Elena consiguió ser parte de la Bib Gourmand y de la guía Michelin, recibió el Premio Nacional de Hostelería y obtuvo 1 Sol Repsol. Chefs y cocineros con estrella michelín estuvieron al mando de los fogones, creando platos con las verduras del huerto y llenando las mesas hasta completar aforo cada día.